jueves, 24 de junio de 2010

El fin de la tenencia es una promesa cumplida y ¿qué falta?




El día de hoy el presidente Calderón anunció el fin gradual de la tenencia hasta finales del 2011, siempre he dicho que cuando un gobernante hace algo bien hay que reconocerlo y efectivamente esa fue una de las propuestas de Felipe Calderón y la ha cumplido. Sin duda es una medida que beneficia al sector de la población que puede comprar un auto, también busca apoyar al sector automotriz que genera grandes ingresos para la economía mexicana y pone fin a un impuesto viejo y sin sentido.
Ahora viene el análisis, la crítica y la propuesta. Está muy bien que se haya cumplido esa promesa y que en un lapso definido sepamos que va a desaparecer el impuesto, sin embargo, saltan varias cosas.
Creo que vale la pena mencionar que es común en nuestro país que se implementen políticas incompletas y como ciudadanos debemos presionar porque las políticas sean integrales y buscando la continuidad.
Preocupa un poco que la tenencia se elimine en cierto plazo pero mientras esto sucede el gobierno federal absorberá su costo, lo que significa que el resto del sexenio habrá recursos asignados del presupuesto que podrían llevar a aumentar la deuda interna.
Me parece que mientras la tenencia desaparece debería venir con un programa para regular el flujo de automóviles y al mismo tiempo mejorar el transporte público ya que en un futuro no muy lejano tendremos de nuevo un gran número de carros, pocas vías y nulas alternativas para transportarse.
El medio ambiente es algo crucial en la desaparición de la tenencia y el apoyo al sector automotriz, si aumentan las ventas de automóviles cabría preguntarnos qué tanto puede afectar al medio ambiente, por ejemplo: a la calidad del aire, sólo por mencionar uno de los muchos temas medioambientales que se cruzan con un aumento de automóviles en México.
Con los tres puntos anteriores se muestra que es una promesa cumplida pero una política corta y al próximo o próximos presidentes les tocará resolver sus efectos, no es a largo plazo y definitivamente se aprovecha del momento electoral para implementarla (no seamos inocentes).
Concluyo de nuevo reconociendo que es una promesa cumplida pero como ciudadanos no debemos aplaudir y olvidar, no nos conformemos y busquemos que sea una política integral, de continuidad y sobre todo que no se hagan éstas decisiones en momentos electorales que sólo dañan o cuando menos se prestan a muchas sospechas.

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